D.E.P.

Querido Manuel,

No encuentro las palabras para expresar lo que siento al despedirme de ti. Saber que ya no estás duele profundamente, porque contigo se va no solo un gran amigo, sino también un compañero de fatigas, alguien con quien compartí momentos inolvidables.

Desde que empecé a colaborar digitalmente contigo, allá por el año 2005, en aquel maravilloso trabajo que iniciaste con pasión en los años 80, me acogiste como si siempre hubiera estado allí. De ti no solo aprendí el oficio, sino también la pasión por contar historias, por vivir el deporte, por transmitir emociones a través de nuestras publicaciones. Pero lo que más valoro de ti no es solo lo profesional, sino lo humano.

Cómo olvidar aquellos paseos sin rumbo pero con sentido, aquellas mediodías en las que nos tomábamos un descanso para charlar y compartir unas cervezas. Eran momentos en los que el trabajo quedaba a un lado y simplemente éramos dos amigos disfrutando de la vida. Recuerdos como esos son los que hoy me llenan el alma de gratitud y nostalgia.

Anduvimos muchos caminos juntos y, aunque hoy nuestros senderos se separen, sé que todo lo vivido permanecerá conmigo. Tu legado sigue aquí, en cada palabra escrita, en cada conversación compartida, en cada instante de amistad verdadera.

Te echaré de menos, Manuel. Gracias por tanto. Descansa en paz.

Con todo mi cariño y gratitud,
Manu Rincón

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