El Consorcio acuerda la aprobación inicial del proyecto de ejecución y gestión de la planta de transferencia de Dolores.
La Comisión Técnica específica, creada para valorar el
proyecto de gestión de planta de transferencia en el municipio de Dolores, ha
dado el visto bueno a esta iniciativa presentada por la entidad pública Vaersa.
La comisión está compuesta por técnicos de la Generalitat Valenciana,
Diputación Provincial de Alicante, Ayuntamiento de Dolores y el Consorcio Vega
Baja Sostenible.
Este informe ha pasado por la Comisión de Gobierno del
Consorcio que ha aprobado su tramitación para la posterior construcción y gestión
de la instalación dolorense. El presidente de la entidad comarcal, Manuel
Pineda, ha asegurado que el procedimiento administrativo sigue su curso y que
ahora se someterá a exposición pública en los próximos días para que los
ciudadanos puedan realizar alegaciones al mismo.
El Consorcio Vega Baja Sostenible depende actualmente de
instalaciones externas de valorización para tratar los residuos urbanos de los
27 municipios de la comarca. Desde un punto de vista técnico la solución
propuesta de planta de transferencia “se ajusta en su conjunto a las
prescripciones de las bases técnicas”, ha indicado el máximo responsable del
Consorcio.
El presidente del Consorcio, Manuel Pineda, ha explicado que
la comisión técnica ha hecho una serie de consideraciones que habría que
incluir en el trámite de aprobación definitiva del proyecto de gestión de
Vaersa, si bien estos matices tienen por objeto mejorar el proyecto y sin que
ello impida la tramitación prevista. El presidente de la entidad comarcal ha
asegurado que “aunque los trámites no son todo lo rápidos que nos gustaría,
estamos cada vez más cerca de comenzar las obras de la planta de transferencia,
además de que contamos con ayudas por parte de la Generalitat Valenciana para
su ejecución”.
Iniciativa privada La Comisión de Gobierno también ha
acordado impulsar la tramitación del estudio de viabilidad a una segunda planta
de transferencia para la comarca de la Vega Baja. Este proyecto es de
iniciativa privada, tal y como contempla la normativa. El Consorcio ha valorado
de manera positiva este proyecto como vehículo que se suma a la planta de
Dolores para ofrecer una solución global y definitiva a la transferencia de los
residuos de toda la comarca.
Las cinco grandes multinacionales del consumo (Mondelez,
Nestlé, PepsiCo, Coca-Cola y Unilever) han dado marcha atrás y suspenden el
sistema de etiquetado por colores que habían diseñado para informar sobre los
valores nutricionales de los productos y que tenían previsto implementar en
algunos países europeos antes de finales de año. Han tomado esta medida porque
no existe un criterio que defina en Europa el tamaño de una porción, que es la
unidad de referencia que toman, en lugar de los 100 gramos de producto, para
señalar la cantidad de grasas, grasas saturadas, azúcares y sal de los
alimentos
Este sistema, conocido como semáforo nutricional, otorga a
los alimentos el color verde, ámbar o rojo en función de si la presencia de
estos nutrientes es alta, media o baja. Este método, alegan las compañías,
permite que el consumidor esté más informado y sea consciente de las
características del producto que elige. Fuentes de Nestlé sostienen que el
motivo por el que el semáforo que han ideado no utiliza los 100 gramos como
referencia es que "existe una variedad muy amplia de productos que se
consumen en cantidades inferiores".
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), sin
embargo, se felicita por la rectificación de las empresas. Este organismo llegó
a pedir a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición
(Aecosan) que impidiera la implantación del semáforo por el sector, porque “las
porciones de consumo estaban definidas por las empresas y eran poco realistas”.
Este modelo también había recibido críticas de los nutricionistas por no tomar
de referencia los 100 gramos. Las porciones, según la OCU, varían en función
del alimento, algo que impide la comparación entre alimentos.
La Unión Europea obliga al sector de la alimentación a
mostrar a los consumidores la información nutricional por 100 gramos y
mililitros "por razones de comparabilidad de los productos en envases de
distintos tamaños". Los sistemas de etiquetado de colores son “información
adicional voluntaria de la etiqueta”, según fuentes de Nestlé. Y por ello,
siguen, “recogen la información por porción realmente consumida”. Pero el
Reglamento del Parlamento Europeo que regula la información alimentaria alerta
de que "no hay pruebas suficientes en toda la Unión de que el consumidor
medio entiende estas formas alternativas de presentación de la información
nutricional".